El origen de una de las expresiones más utilizadas en el lenguaje español cuando queremos alejar a alguien de nuestra vista, bien porque nos molesta, bien porque nos está mintiendo o engañando, o bien por cualquier otro motivo que nos incomode, no proviene de otro sitio que del mundo náutico. Con esta entrada queremos hacer referencia al significado de la expresión “vete al carajo”. Aunque puede resultar vulgar, sería injusto dejar pasar la oportunidad de contar sus orígenes.
La definición de la palabra “carajo” aunque según fuentes recelosas, no muy acertada, hacía referencia a la pequeña canastilla o cesto que se encontraba en lo alto del palo mayor de las carabelas y desde donde los vigías -serviolas- divisaban el horizonte en busca de señales de tierra.
Si nos remontamos siglos atrás, descubrimos cuándo se comenzó a utilizar la expresión. Dada su ubicación en lo alto del mástil, esa canastilla era un lugar inestable, donde se manifestaban con mayor intensidad los vaivenes del barco. Además, era imposible resguardarse de la lluvia y el viento. Cuando un marinero cometía alguna falta se le mandaba “al carajo” como castigo; a veces cumplía solo unas horas y otras, días enteros.
Escuchar «¡vete al carajo!» debía ser una de las frases que nadie quería oír en alta mar.
La próxima vez que escuches a alguien decir «vete al carajo» ya sabes adónde lo envían 🙂 .