Hoy os vamos a hablar de uno de los más famosos misterios de la historia naval.
El Mary Celeste era un bergantín norteamericano de 282 toneladas que había salido de Nueva York el 7 de noviembre de 1872 con una carga de 1.701 barriles de alcohol desnaturalizado con destino a la ciudad italiana de Génova.
Estaba capitaneado por Benjamin Briggs, un hombre con experiencia bien reconocida en el gremio.
La tripulación del barco estaba compuesta por hombres experimentados con largo recorrido en el mundo náutico, además de la familia del capitán. Un total de diez personas a bordo de un buque que se encontraba en perfectas condiciones, tal y como el propio capitán había expresado en una carta a su madre poco antes de zarpar.
Después de varios días de navegación, a 400 millas de las Azores, fue avistado por el capitán Morehouse del navío Dei Gratia, quien junto a su primer oficial Oliver Deveau y a su segundo John Wright decidieron ir a investigar para informar de lo que pasaba al Mary Celeste, que navegaba de forma errática.
En cuanto ambos oficiales se acercaron al Mary Celeste, comprobaron que había algo extraño: las velas estaban dispuestas de forma inusual para el viento que recibía el buque en ese momento. Pero fue poner un pie en la cubierta y corroboraron lo que sospechaban: que aquel bergantín no tenía ningún tripulante a bordo.
Ambos marinos registraron de proa a popa al Mary Celeste, descubriendo que el cuaderno de bitácora del capitán Briggs tenía su última anotación fechada a las ocho de la mañana del día 25 de noviembre; nueve días atrás.
¿Acaso intentaron ir hacia aquella isla que parecía tan cercana, puesto que no hubo más anotaciones en el cuaderno de bitácora?
Deveau y Wright informaron a su capitán de lo que habían descubierto. Además de la falta de la tripulación, su exploración había revelado que faltaba el único bote del Mary Celeste, además de una yola, que es una embarcación muy pequeña estibada normalmente encima de la escotilla principal.
Varias exploraciones más acabaron de afirmar que el bergantín estaba completamente abandonado. Aunque no parecía un atraque ya que todas las pertenencias estaban en su lugar.
El capitán del Dei Gratia llevó el barco a Gibraltar, sin embargo, para Morehouse comenzaba un largo y desagradable proceso abierto en la colonia británica por parte del Almirantazgo británico. Aquel era un asunto muy extraño y las autoridades no iban a permanecer impasibles.
Muchas teorías han girado alrededor de este caso, hasta investigaciones recientes llevadas a cabo por Anne MacGregor que desmienten historias fantásticas como monstruos marinos, pero aún así es el misterio más famoso de la historia naval.