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El viento de Levante es un viento cálido y seco que sopla desde el este a través del mar Mediterráneo. Es especialmente conocido en el sur de España, destacando en el estrecho de Gibraltar, la costa andaluza y las Islas Baleares. Su nombre proviene del término «levante», que significa «este» o «donde sale el sol», en referencia a la dirección desde la que sopla.
Este viento suele formarse cuando hay alta presión en la zona del Mediterráneo occidental y baja presión en el suroeste de Gibraltar o Marruecos. En el estrecho de Gibraltar, el Levante puede intensificarse debido al efecto de canalización provocado por las montañas, generando vientos de gran velocidad y difíciles condiciones de navegación.
Durante el invierno, el Levante puede alcanzar intensidades de temporal, con ráfagas que provocan olas altas y complican la entrada de embarcaciones del Atlántico al Mediterráneo. En 2022, durante el temporal conocido como Gloria, causó daños sin precedentes en Marina Palamós, donde el dique de abrigo colapsó parcialmente. Oleajes significativos, superiores a 6 metros y con períodos de 11 a 12 segundos, golpearon el dique durante más de dos días consecutivos, generando destrozos severos.
Una característica peculiar del Levante es la «nube de Levante«, que se forma sobre el peñón de Gibraltar y puede extenderse hacia el oeste. Esta nube, visible como una especie de bandera o pluma, es una señal distintiva de que el viento está activo, alertando a los marineros sobre posibles condiciones climáticas adversas.
En el Mediterráneo occidental, especialmente en las costas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, el Levante puede traer calor y humedad en verano, generando una sensación de bochorno. En otras épocas del año, suele asociarse a condiciones más inestables y, en ocasiones, lluvias.
Este viento ha tenido un impacto cultural significativo, particularmente en el sur de España, y ha sido representado en diversas expresiones artísticas. En Andalucía, se dice que es un viento «encantado» o «hechizado», con una energía inusual y a veces peligrosa, capaz de alterar las emociones y el comportamiento. En Cádiz, por ejemplo, se cree que, cuando el Levante sopla con fuerza durante varios días, las personas pueden volverse irritables, nerviosas o incluso agresivas. Según la leyenda, este fenómeno se atribuye a un antiguo hechizo o a la influencia de seres sobrenaturales.
El filósofo y escritor José Ortega y Gasset describió el Levante como una fuerza invisible pero poderosa, capaz de influir profundamente en la vida diaria y el comportamiento humano.
En las artes visuales, el Levante ha sido plasmado en acuarelas y pinturas al óleo, especialmente en las obras de Joaquín Sorolla. Muchas de sus escenas, como “Paseo a orillas del mar” y paisajes de playas valencianas, capturan el dinamismo de la costa levantina y andaluza, reflejando la energía de este viento en el movimiento de las olas y los tejidos al viento.